A mediados del mes de noviembre nos visitaron los cacos y se han llevado la mitad de la cubierta de la sala refectorio del citado Monasterio, que eran planchas de cobre.

Por el momento se deconoce la autoría del hecho y el paradero de los materiales.

Es lo que le faltaba al Monasterio de San Pedro de Arlanza, cuyas desgracias sentimos mucho los amantes del arte y de la historia.